El “Titanic polaco”: la historia real del naufragio que recrea una de las series de Netflix del momento

Una de las series más vistas en Netflix en el mundo llegó desde Polonia. En cinco episodios cuenta la historia real de un accidente que muchos desconocen. Heweliusz, su título, es también el nombre del barco que el 14 de enero de 1993 volcó y marcó un hito negro en la historia de los naufragios en Europa.
El MS Jan Heweliusz fue construido en Noruega en 1977 para Polish Ocean Lines. Tenía una función de roll on/roll off; es decir, era un tipo de embarcación con rampas especiales para transportar vehículos.
El proyecto empezó torcido desde el día uno. En su viaje inaugural, el ferry sufrió una avería mecánica que lo hizo chocar contra un muelle. Al año siguiente experimentó un amago de naufragio tras sufrir un apopamiento (la popa se le hundió en el agua).
Para 1993, el año de la tragedia que recrea la ficción, el Heweliusz llegó con esos accidentes… Y unos cuantos más. El más importante: un incendio en 1986 que causó daños estructurales severos, aunque ninguna víctima.
El MS Jan Heweliusz era un barco maldito al que apodaban “Jan Havareliusz”, un juego de palabras con havaria, que en polaco significa accidente.
64 personas vs un ciclón
El 10 de enero de 1993, el barco zarpó para un nuevo viaje comercial y sufrió daños en la compuerta de popa. En ese entonces, el capitán Andrzej Ułasiewicz quería suspender el viaje, pero la empresa armadora ordenó reparaciones provisionales para mantener el buque en servicio.
El MS Jan Heweliusz fue construido en Noruega en 1977 para Polish Ocean Lines. Foto: Balcer, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia CommonsReparado a medias, el ferry finalmente zarpó el día 13 a las 22.30 del puerto de Świnoujście hacia Ystad con 64 personas a bordo (35 pasajeros y 29 tripulantes). Cargaba 28 camiones y 10 vagones de ferrocarril.
El retraso hizo coincidir el viaje con una fuerte tormenta invernal -luego conocida como ciclón Verena—. Una amenaza que hubieran esquivado de haber salido a tiempo.
A sabiendas del inminente temporal, y en un contexto en el que otros barcos habían cancelado sus viajes por ese motivo, el Heweliusz igualmente zarpó. Se cree que el capitán lo ordenó presionado por la naviera.
En la madrugada del día 14, alrededor de las 2.40, el Heweliusz se encontraba en la costa de la isla alemana de Rügen cuando empezó a sentir los efectos del ciclón. Vientos de hasta 180 kilómetros por hora y olas de 6 metros lo golpeaban de lleno.
Para contrarrestar los efectos del clima, el capitán disminuyó la velocidad y llenó los tanques de lastre de babor. Dos maniobras no recomendables en navegación si lo que se quiere es mantener la maniobrabilidad.
Todo empeoró cuando una ráfaga fortísima provocó una pronunciada escora y los amarres de la carga cedieron. Esto hizo que algunos vehículos deslizaran hacia el agua. Eran las 4.30 de la mañana.
Un fotograma de Heweliusz, la serie de Netflix sobre el naufragio. Foto: NetflixEn esa situación, el capitán ordenó abandonar el barco y diez minutos después se transmitió el mayday (socorro) por radio.
A las 5.12, el Jan Heweliusz se había volcado completamente en el mar Báltico. Se encontraba a unos 20 kilómetros del cabo Arkona, en Rügen. Cinco horas más tarde no quedaba nada; yacía a metros de profundidad.
El rescate: ¿hubo sobrevivientes?
La llamada de auxilio desencadenó un amplio operativo internacional de rescate en medio de condiciones extremas. Se movilizaron helicópteros de Alemania, de Dinamarca e incluso de Suecia, además de buques cercanos.
Los primeros helicópteros llegaron entre 60 y 90 minutos después del hundimiento. La escena era dantesca: cuerpos y restos del barco flotaban en el mar.
Pero también había algunos sobrevivientes que intentaban salir con vida de aguas de -2,4° mientras olas de 5 metros los golpeaban. Cabe tener en cuenta que esa temperatura suele causar hipotermia severa en menos de 30 minutos.
La serie Heweliusz recrea el naufragio de 1993 y sus consecuencias. Foto: NetflixSolo 9 personas de las 64 sobrevivieron al desastre. Todos tripulantes. El capitán fue hallado sin vida junto con otros 37 cuerpos unas tres semanas después del hundimiento. Los cadáveres restantes no fueron encontrados.
Los sobrevivientes estaban despiertos al momento del vuelco. Lograron mantenerse con vida gracias a una combinación de fortuna, resistencia física, y rescate relativamente rápido, pese a las condiciones extremas. Fueron hallados gracias al uso de las bengalas.
Algunos lograron saltar al mar antes del vuelco completo; otro se aferró a un inflable que había logrado desplegar antes de que el barco se torciera; hubo quienes lograron ponerse chalecos salvavidas a tiempo.
Los extrajeron en grúas y los internaron con síntomas de hipotermia.
Las consecuencias del naufragio
Al día de hoy, el accidente del MS Jan Heweliusz es el naufragio más mortífero en tiempo de paz de la marina mercante polaca.
Al día siguiente (15 de enero de 1993), la primera ministra Hanna Suchocka anunció la creación de una comisión gubernamental de investigación para esclarecer lo ocurrido que lejos estuvo de lograrlo.
Heweliusz está en las tendencias de la plataforma. Foto: NetflixEl trabajo de la comisión empezó accidentado. Fueron lentos y no produjeron ningún informe concluyente. Suspendieron su labor en marzo sin señalar responsables claros.
Familias de las víctimas y medios locales denunciaban que el ferry había zarpado en un estado no apto y bajo condiciones meteorológicas temerarias.
En una primera instancia se insinuó culpar exclusivamente al capitán (fallecido) y al mal tiempo, minimizando posibles fallos estructurales o negligencias de la empresa.
Pero cuando el caso pasó a las Izby Morskie (Tribunales Marítimos), el entendimiento cambió. Tras seis años de indagaciones técnicas y legales, la Cámara de Apelación Marítima en Gdańsk emitió su veredicto final: determinó que el Jan Heweliusz no era apto para navegar y nunca debió zarpar.
Se atribuyó la responsabilidad principal al armador Euroafrica (filial de Polish Ocean Lines) por mantener el ferry en explotación a sabiendas de sus defectos de construcción y reparaciones deficientes.
Además, declaró co-responsables al Polski Rejestr Statków (Registro Marítimo Polaco) y a la Urząd Morski w Szczecinie (Oficina Marítima de Szczecin) por deficiencias de supervisión, así como al propio capitán Ułasiewicz por zarpar pese al pronóstico extremo.
Este fallo corroboró que el desastre fue resultado de negligencias acumuladas.
Como consecuencia directa del fallo del TEDH, en 2009 entró en vigor en Polonia una enmienda legal que garantiza mayor independencia en las investigaciones marítimas (por ejemplo, disponiendo que jueces de los tribunales comunes –y no las mismas autoridades marítimas investigadas– dirijan los procesos).
A nivel internacional, el caso adelantó preocupaciones de seguridad en ferrys como el Heweliusz.
La Justicia determinó que el barco se hundió por error humano. FotoWolfgang Fricke, CC BY 3.0, via Wikimedia Commons
El legado del naufragio fue un llamado de atención: se fortalecieron las inspecciones técnicas de buques y quedó instalada la importancia de no anteponer cronogramas comerciales a la seguridad marítima.
Fuente: www.clarin.com



